* 6 Huevos
*18 Cucharadas de azúcar
*24 Cucharadas de aceite de oliva
de haber frito matalauva (frío)
*3 Sobres dobles de gasificante
*1/2 Sobre de levadura en polvo
*Piel de dos limones rallada
*un chorrito de anís
*Harina de repostería
*Aceite de oliva para freír
*Azúcar y canela molida para rebozar los rosquillos
PREPARACION:
Batir los huevos con el azúcar, el aceite, la piel de limón y el anís hasta que se haya disuelto el azúcar en un recipiente grande y ancho (una ensaladera, un balde, etc).
Tamizar sobre este recipiente un vaso de harina con la levadura y el gasificante e ir añadiendo harina a poquitos incorporándola bien a la mezcla de huevos, pero sin batir demasiado.
Cuando ya tengamos una masa consistente pero que aún se pegue a las manos, enharinamos una superficie plana y sacamos la masa del recipiente.
Amasar ligeramente espolvoreando constantemente con harina hasta que la masa sea lisa y no se nos pegue ya a las manos.
Poner a calentar el aceite en una sartén honda.
Cuando esté caliente pero sin que humee, coger porciones de masa y dar forma de rosquillos. Freír en el aceite a temperatura constante.
Mezclar canela molida y azúcar en un plato hondo.
Cuando los rosquillos estén dorados y hechos por dentro, se sacan de la sartén, se dejan escurrir sobre papel absorbente y se pasan por el azúcar y la canela.
Una vez que estén fríos, se guardan bien tapados para que no se endurezcan.
*18 Cucharadas de azúcar
*24 Cucharadas de aceite de oliva
de haber frito matalauva (frío)
*3 Sobres dobles de gasificante
*1/2 Sobre de levadura en polvo
*Piel de dos limones rallada
*un chorrito de anís
*Harina de repostería
*Aceite de oliva para freír
*Azúcar y canela molida para rebozar los rosquillos
PREPARACION:
Batir los huevos con el azúcar, el aceite, la piel de limón y el anís hasta que se haya disuelto el azúcar en un recipiente grande y ancho (una ensaladera, un balde, etc).
Tamizar sobre este recipiente un vaso de harina con la levadura y el gasificante e ir añadiendo harina a poquitos incorporándola bien a la mezcla de huevos, pero sin batir demasiado.
Cuando ya tengamos una masa consistente pero que aún se pegue a las manos, enharinamos una superficie plana y sacamos la masa del recipiente.
Amasar ligeramente espolvoreando constantemente con harina hasta que la masa sea lisa y no se nos pegue ya a las manos.
Poner a calentar el aceite en una sartén honda.
Cuando esté caliente pero sin que humee, coger porciones de masa y dar forma de rosquillos. Freír en el aceite a temperatura constante.
Mezclar canela molida y azúcar en un plato hondo.
Cuando los rosquillos estén dorados y hechos por dentro, se sacan de la sartén, se dejan escurrir sobre papel absorbente y se pasan por el azúcar y la canela.
Una vez que estén fríos, se guardan bien tapados para que no se endurezcan.
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