Debe su apelativo a la presencia en su anverso de una mujer desmelenada de la que se dice que es rubia en una clara aproximación del color de la moneda al color de su pelo, era de latón. También se la llamo" la peseta de Negrin". El nombre de “rubia” pasará después a las pesetas de Franco y a las primeras de Juan Carlos.
Por primera vez en su historia las pesetas no eran de plata ya que, como todo el mundo sabe, las reservas de oro y plata del Banco de España fueron trasladadas y entregadas por orden del Ministro de Hacienda (el ya citado Juan Negrín) a la Unión Soviética a cambio de apoyo militar.
Aunque los troqueles se elaboraron en la FNMT de Madrid fueron acuñadas por el Gobierno de la República en Castellón pues a principios de 1937, ante el rápido avance del ejército de Franco que hizo se temiera la ocupación inmediata de Madrid, la República decidió trasladar su Gobierno a Levante y con él también la Fábrica de Moneda. La de billetes se montó en Valencia y la de monedas en Castellón.
De estas pesetas se dijo que eran " la perdición del hombre", ya que reunían en sus caras los tres requisitos para ello: el dinero, la mujer y el vino.
Otras se hicierón de cobre y eran de 50 cts
Y de cobre tambien de 25 cts, con un agujero central
Los 5 cts tienen como particularidad el haberse fabricado con hierro, caso único en nuestra historia además de que no se podía emplear un metal menos noble. No obstante deberían tener un buen tratamiento por el buen estado en que se encuentran.
También es significativo el gorro frigio que se introdujo pues hasta ahora las monedas de la República habían estado exentas de mensajes políticos.
En todas ellas aparecen signos de tipo republicano lógicamente, como son la mujer y la corona mural; o el citado gorro frigio copiado de la Revolución Francesa, a la vez que desaparecen los elementos relacionados con la monarquía.
Las nuevas monedas se fueron incorporando para su uso en las distintas localidades si en el momento de su puesta en circulación la localidad en concreto se encontraba en la Zona Republicana.
La situación económica de la Zona Roja y de los españoles que vivían en ella sufrió estas dos situaciones:
El dinero estaba garantizado por el depósito correspondiente. Pero al desplazarse el frente esos depósitos seguían la retirada de las tropas republicanas. Quiere esto decir que si te quedabas con los nacionales tu dinero quedaba sin valor. Si el dinero quería mantener su valor tenía que seguir estando en la Zona Roja, dicho de otra forma, los billetes que quedaban inutilizados en los territorios que iban siendo ocupados acudían a la Zona Roja donde sí valían, aumentando la cantidad de dinero en circulación con la subida de la inflación.
Y al terminar la guerra los vencedores no reconocieron, como no podía ser de otra forma, la moneda republicana pues no tenía garantía.
ZONA NACIONAL
Mientras tanto, en la Zona Nacional el gobierno de Franco consiguió abastecerse de moneda fraccionaria con la ayuda de Austria en plena guerra civil y distribuyó una moneda de 25 céntimos acuñada por la empresa Berndorfer Metallwerenfabrik en Viena en 1938 –aunque marca el 37- con el texto “II Año Triunfal” y el que sería el lema del régimen “Una, Grande y Libre”. Franco vuelve a utilizar así, como cinco siglos antes lo hicieran los Reyes Católicos, el yugo y las flechas que como sabemos simbolizaron la primera unificación de España.










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