El plato es sencillo, lo difícil es encontrarlos.
Después de una mañana en el campo buscando setos, llegar a casa y poner en la lumbre una parrilla de setos para asar con una poco de sal como unico aditivo, hasta que van cogiendo ese color oscuro y comienzan a salir ese liquido que al comer el seto lo hace más jugoso y sabroso, es uno de los mejores placeres del otoño en nuestro pueblo.





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